15 feb 2017

Nunca segundas partes fueron buenas

Ese dicho se puede aplicar perfectamente a mi segundo parto.

Si bien el primero fue un parto ideal (desde mi punto de vista) ya que no lo pasé mal, fue largo pero sin dolor y sin problemas, el segundo fue un buen parto obstétricamente hablando pero horrible para mi. En ambos casos di a luz en la Maternidad de O'Donnell, y en ambos casos rompí bolsa sin contracciones. Las dos veces me indujeron el parto con prostaglandinas. 

En el primer parto, tras 11 horas sin borrar cuello de útero, optaron por meterme oxitocina como última opción antes de pensar en una cesárea. Y funcionó: me pusieron la epidural a la media hora porque empezaba a tener dolores, y tras 3 horas di a luz con dos empujones.

En mi segundo parto, las prostaglandinas sí hicieron efecto y empecé a tener contracciones terribles, y a pesar de pedir la epidural por activa y por pasiva, la matrona que me atendió rechazaba mandarme al paritorio porque según ella no tenía criterio de parto. Le dije que me pusiesen la epidural allí, en la habitación y me dijo que la epidural SÓLO se pone en paritorio o quirófano, y que si me mandaba al paritorio sin criterio de parto, en primer lugar me devolverían a planta y en segundo lugar, a ella le echarían una bronca. Finalmente, tras gritos desgarradores de dolor, y pedirle que me explorase otra vez, vino con una segunda matrona que me exploró y dijo que SÍ tenía criterio de parto y pidió a la primera matrona que solicitase paritorio. Con el ceño fruncido, ésta lo pidió y volvió diciendo que estaban todos ocupados y que teníamos que esperar. Media hora me tuvieron esperando y casi doy a luz en el ascensor. Me bajaron con 7 cm de dilatación (una secundípara). Al llegar a paritorio pedí la epidural, y firmé enseguida el consentimiento, pero cuando me vio la matrona de allí me dijo que ya era tarde, que el bebé iba a salir ya, y que me preparase para empujar. 3 empujones más tarde nacía mi hija. Ni epidural ni leches, parto 100% natural, pero con un mosqueo considerable por mi parte con la primera matrona y con la gestión del hospital. Por cierto, el overbooking en los paritorios también afecta al tiempo que te dejan hacer el piel con piel en el paritorio. En mi primer parto, estuvimos dos horas y media después haciendo el piel con piel sin que nos molestasen, pero en el segundo parto estuvimos 35 minutos, y da gracias...el resto del piel con piel lo hicimos en la habitación.

¿Qué es lo que pasó? Pues pasó lo siguiente: la Maternidad de O'Donnell estaba saturada, los paritorios llenos y mandaban a las parturientas a planta a esperar hasta que se quedasen libres los paritorios, e iban ocupándolos por urgencia, con lo que apuraban hasta el último minuto y, o bien ponían la epidural muy tarde, o no la podían poner porque no llegaban a tiempo. Coincidió que bajaron a otra mujer más o menos a la vez que a mi y a ella la tuvieron que llevar a un quirófano a dar a luz porque no había paritorios libres (no era una cesárea).

¿Y eso es una excepción? Pues por lo que me contó personal del hospital, desgraciadamente, lo que pasó ese día no fue una excepción. Ocurre la mayor parte de las veces porque van muchas más mujeres allí a parir que capacidad tiene el hospital. Necesitan incrementar el número de paritorios, pero esa ampliación no llega.
Por otra parte, creo que en mi caso, además, me atendió una matrona mala (profesionalmente hablando), que debía desconocer que las secundíparas dilatan muy rápido, y que es imposible que si en una exploración estaba 2 cm dilatada, dos horas más tarde no podía tener el cuello sin borrar (que es lo que me dijo a mi), cuando en realidad tenía 3-4 cm dilatados.

Se me juntó todo y tuve una muy mala experiencia en ese parto. Obstétricamente fue bueno porque salvo la inducción con prostaglandinas, el resto fue natural. No hubo más intervencionismo, ni siquiera episotomía, y eso lo noté en el posparto y la recuperación, que fueron mucho mejores. Pero el sabor de boca que me quedó fue muy malo. Y es una pena que hoy en día no me dejasen escoger el parto que yo quería tener, que diesen lugar a no poderme poner la epidural, y que me forzasen a un parto natural que yo NO QUERÍA tener. Es una pena que nuestros hospitales públicos estén masificados y se deteriore la atención al paciente de esa manera.

Que conste que no tengo nada en contra de los partos naturales. Me parecen perfectos para las mujeres que quieran tenerlos. Defiendo que cada mujer pueda escoger tener el parto que quiera (siempre que no haya contraindicación médica), Tan malo me parece forzar a un parto natural como a uno intervencionista.

Así que, por si a alguien le sirve la experiencia, si vais a parir a O'Donnell, pedid que os hagan la inducción en la sala de inducciones, que no os lleven a planta. Es más incómodo, pero estáis al lado del paritorio y siempre es más fácil que no os hagan esperar allí. Y si ese día os toca un día de muchos partos,...¡cruzad los dedos!

Y tu parto, ¿qué tal fue?
 


2 comentarios :

  1. Con tantos recortes se están cargando la sanidad pública. Me parece terrible que te hicieran pasar por algo que no querías y que no te permitiesen hacer piel con piel como es debido. Me alegro que al menos tu peque y tú estéis bien. Un abrazo!

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    1. Gracias Mari Carmen, tengo que decir que menos mal que esto me pasó en el segundo parto, y ya sabía yo de qué iba la película, porque si no...lo mismo con una me hubiese plantado. En las maternidades dependes tanto de los profesionales que te atiendan para tener una buena o mala experiencia de parto,...que no todos los profesionales sirven. Hay una dimensión humana que deberían tener los ginecológos, matronas, enfermeras, que en el caso de maternidades y hospitales infantiles creo más necesaria que en otras especialidades. Me da mucha pena ver como se trata a muchas mamás primerizas en los hospitales, como si no llevasen ya suficientes nervios, dudas e inseguridades,... les hacen un lío dando instrucciones contradictorias los diferentes profesionales, echando auténticas broncas por hacer las cosas de un modo diferente a como ellos quieren que se haga, no respetando los deseos de los padres en cuestiones que no son vitales, o que no interfieren con criterios médicos, emitiendo juicios de valor sobre cómo hacen las cosas las mamás (y los papás),... Con las que no son primerizas se cortan un pelo, y menos mal, porque si en mi segundo parto me hubiesen dicho cosas que me dijeron en el primero... a más de una enfermera la había mandado muyyyy lejos.

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